La mañana no invitaba a salir de casa, de todos modos allá me fui, siempre hay cosas que hacer, son esas actividades cotidianas que todos necesitamos realizar para un buen funcionamiento del hogar. No importa que llueva o truene, hay que hacerlas pues de ello dependen una cadena de cosas en nuestras casas, en nuestras vidas y la de nuestras familias, en cierto modo forman parte del proceso generador de alegría, ilusión, buena onda, optimismo y felicidad para todos nosotros.
Por esas callejuelas transité, aprovechando el día, disfrutando y gozando del camino, del momento, de la llovizna, de la sensación de infinitud que provocan esas calles estrechas y las casas de altos unas pegadas a las otras. Son esas cosas simples, esas sensaciones que vamos teniendo a medida que observamos lo que nos rodea con algo de atención.
Detalles aparentemente menores, insignificantes, que nos proporcionan energía, fuerza, que nos motivan, nos estimulan y hacen aflorar esas emociones positivas en todo su esplendor. Es algo que a mi me impulsa a compartir con todo mi entorno cercano, tanto de forma directa, como por medio de ésta publicación. Recuerden que compartir es gratificante y ejemplar.
Les mando un abrazo!!!!!
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