Al atardecer, seguimos con las mismas, el clima nos tiene acorralados aunque para nada inmóviles, podemos hacer muchas cosas. En mi caso y para no perder la buena costumbre echo mano de otro grato recuerdo, un atardecer recorriendo los fiordos noruegos, una travesía en barco desde Flam hasta Bergen realmente hermosa. Y me hace sentir aquellas sensaciones, aquella alegría, aquella ilusión, buena onda, optimismo y felicidad.
Aprovechen el día, un buen recuerdo puede ser ese elemento, ese salvoconducto que nos saque del letargo, de la inacción, de esa agonía, de esa tristeza propia de un día gris. En ese trozo de memoria, seguramente tendremos ese detalle que encienda nuestras emociones positivas y nos saque a flote. Recuerden que siempre podemos ir más allá, compartir es algo gratificante y ejemplar.
Les mando un abrazo!!!!
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