Al atardecer, un pequeño paseo por el barrio me lleva nuevamente hasta el puente romano, vestigio de otras épocas, más de mil años atrás por allí pasaba un camino, estimo que la construcción de las casas llevó a cambiar el curso del río que ahora pasa detrás de mi.
De todas formas quedó un testimonio de la historia en las inmediaciones de Noia que me generan alegría, ilusión y felicidad, algo que también se puede observar en otros lugares cerca de aquí y aún anteriores a la época romana.
Aprovechen el día, no dejen pasar oportunidad, disfruten y gocen la vida, siempre hay motivos, solo debemos levantar la vista y prestar atención. Les mando un abrazo!!!!
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