Es un espacio para compartir mi visión de la Felicidad y sus vínculos con todos los aspectos de la vida, el hogar, el amor, los afectos, el trabajo, la sociedad, la política, la educación, la economía, la ciencia, la empresa y más.
La Felicidad es una tarea individual y colectiva, requiere un esfuerzo constante de todos nosotros, se relaciona e influye en todo, es un elemento vital para tener un mundo mejor.

martes, 21 de abril de 2015

Vino y felicidad


El vino nos acompaña desde tiempos inmemoriales, es el elixir divino por excelencia, que tanto ha alimentado, relajado y ayudado a la salud de la humanidad. Entre otras propiedades tiene la virtud de aglutinar y hacer sociables a las personas, que con una copa de vino, un fuego y poco más, pueden estar horas conversando y pasando momentos agradables, de alegría y felicidad.
Esa camaradería, complicidad, amistad y felicidad entorno a una copa de vino, es algo insuperable, pues cuando se chocan las copas en un brindis, se confirma una fraternidad cuasi divina.
Qué agradecidos debemos estar a Dioniso (Baco), y sus esforzados colaboradores los bodegueros, por la alegría, algarabía y felicidad que nos producen esos maravillosos y mágicos elixires.


La primera vez que entré en una bodega, fue siendo niño y acompañando a mi padre. Era época de vendimia, y transportábamos la uva cosechada en la granja del laboratorio. Un predio de 24 hectáreas en César Mayo Gutierrez, a medio camino entre Colón y La Paz, que entre otras producciones tenía cuatro hectáreas de viña. La bodega Santa Rosa, en su momento una de las más importantes del Uruguay, nos quedaba a dos kilómetros, eramos del barrio.

La foto, es en una bodega de Reims.

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