Atardecer en el monte Iroite, con las vistas de monte Louro y la inmensidad del océano Atlántico. Nuevamente, agradables vistas, mejor compañía y cuantos recuerdos que estimulan mi espíritu, me alegran el día, me ilusionan y me dan felicidad. Atrévanse a recordar, mantener vívidos esos recuerdos, nos ayuda a avanzar y aprender, para mejorar como personas de bien.
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