Es un espacio para compartir mi visión de la Felicidad y sus vínculos con todos los aspectos de la vida, el hogar, el amor, los afectos, el trabajo, la sociedad, la política, la educación, la economía, la ciencia, la empresa y más.
La Felicidad es una tarea individual y colectiva, requiere un esfuerzo constante de todos nosotros, se relaciona e influye en todo, es un elemento vital para tener un mundo mejor.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Felicidad, disgustos y después


Los disgustos, los malos momentos, los desengaños, son algo común en la vida de todos nosotros. Nadie se ha librado ni se librará de ellos, están ahí siempre, a cada paso, al asecho y afectan hasta la médula, sin anestesia, provocando ese nudo en el medio del estómago, que nos ahoga y nos duele. En esos momentos no hay espacio para nada, ni para la felicidad.

Entramos en una fase, donde intentamos digerir ese trago amargo, para pasarlo por el sistema, e intentar superarlo. Siempre queda huella, que dependerá de la índole del problema, de la importancia que tenga para nosotros, y algo muy importante, de nuestra capacidad de olvidar el suceso, sin olvidar lo aprendido.

Cómo olvidar, y al mismo tiempo aprender, depende de cada persona. Supongo que si nos proponemos un objetivo más importante, por ejemplo ser felices a pesar de lo que sea, poniendo todo nuestro empeño, nuestra fuerza, nuestra voluntad, al servicio de la alegría, la ilusión, el optimismo, puede ser un camino.


Cada individuo debe procesar sus penas y sus alegrías, en función de sus capacidades, sus sentimientos, sus circunstancias. Pero lo cierto es, que cuanto antes nos sacudimos esos elementos negativos, antes cruzaremos el puente, antes nos pondremos a transitar por una senda más grata y reconfortante.

La foto, es en Lucerna.

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